Estoy llegando al restaurant y suena el teléfono. Miro el reloj mientras automáticamente busco una excusa ... Pero no llego tarde!!!!! Y no son las chicas, es Frank.
- Amore!!!!!!! ¿Qué haces?
- Estoy a punto de entrar a cenar con mis amigas, tenemos akelarre. ¿Quieres venir?
- No puedo, estoy en la presentación - Lo olvidé, Frank tenía hoy la presentación del libro de uno de esos ex que tanto le duele ver y de los que es incapaz de desvincularse, y no le he dado ánimos. Ha debido llamar para recriminármelo - He salido al hall a hablar contigo.
- ¿Estás bien? Ya sabes lo que pienso sobre esa manía tuya de autoflagelarte ... Vete de allí
- Matilde, cielo, estoy perfectamente
- ¿Por qué susurras entonces?
- ¿Has tenido algún problema con Javier últimamente?
- Ninguno y todos. Lo de siempre.
Frank me corta. Llevamos toda la conversación cortándonos el uno al otro.
- Javier padre.
- No.
- Curioso. Acabo de oírle mientras hablaba por teléfono.
- ¿Y?
- Y ... Me ha parecido que citaba a alguien para una entrevista de trabajo ... ¿Va a abrir otra galería?
- No, no, no, ... Será para la mía.
- ¿Para cubrir tu trabajo?
- Eh, eh, ... Eh, ¿Frank, estás seguro?
- Tenemos que hablar. Hoy pásalo bien. Mañana te veo.
- Sí, fenomenal. Lo voy a pasar genial!!!!!!! Frank, no me dejes así. ¿Qué ha pasado? ¿Qué has oído? Por favor Frank.
Y empieza a narrarme lo que más adelante me parecerá una afortunada coincidencia, pero ahora mismo es una desafortunada pesadilla. Estoy, prácticamente, en la calle.