sábado, 19 de junio de 2010

VEINTICINCO

- ¿En qué piensas?


- En nada, … En que quizá no debería acompañarte, siempre pico!!!!!!!!

Hoy hemos quedado para buscar unos zapatos. Pau siempre anda a la caza del complemento ideal, y es mucho mejor compradora que yo. Sale con un objetivo, lo busca y si no es perfecto, vuelve a casa sin nada. Cuando elige ropa que no estaba prevista, al final, resulta ser algo que va con todo y que sigue usando durante años.



Yo soy la eterna acompañante, que vuelve a casa llena de bolsas que no sabe ni que contienen ni porque se han comprado ni con que se han pagado … Y dos días, mínimo, con cargo de conciencia. Salgo a buscar una mini vaquera y, sin darme cuenta he comprado dos pijamas a Sasa (que no se pondrá nunca), unas sandalias de tacón (que no me pondré nunca) y un montón de vestidos monísimos (que me pondré mucho pero que cuestan el triple, cada uno, de lo que pensaba gastarme en ropa de verano)



Divago.

Divago mucho. Quizá en exceso.



Esta vez, lo agradezco. Nunca he abordado el tema directamente con Pau, pero me temo que si supiera lo que opino realmente de Iván, no me hablaría en un par de meses. Sospecho que sospecha que yo sospecho de Iván. Mientras quede así, no discutimos y mi conciencia está medianamente tranquila. No soy una cínica, pero no quiero discutir ni hacer daño. Lo que yo piense, lo que yo sienta, no tiene porque ser verdad. Con que ella suponga que para mi no es El Hombre Perfecto Para Ella, me vale.