sábado, 19 de junio de 2010

VEINTICUATRO

Me va a tocar meter el coche en el parking, lo cual es odioso porque siempre, cumpliendo con su obligación, hay una pareja de la guardia civil que me registra el maletero y eso, me hace perder tiempo y pasar vergüenza. Quien no lo entienda, que mire si su maletero está presentable … Para algunas, es abrir la puerta sin maquillar, o atravesar la playa sin pareo, … para mi es enseñar el maletero, entre otras cosas.


Aparco allí porque llego tarde, sino prefiero dejarlo en casa, que está muy cerca y dar un paseo.

Pau me espera con un sandwich como compañía. Al verme, para de hablar con el camarero y me sonríe, indicándole que espere y llego a tiempo de pedir una cocacola que llegará junto al café de Pau.

- Así no tengo que preparar cena. Iván ha quedado con sus amigos y pienso pasarme la noche viendo sesión continua de Sexo en Nueva York.

A veces, me gustaría poder tratar con personas o cosas que fueran “organizables”. Para mi es imposible hacer planes. Bueno, hacerlos, no. Lo difícil es que se cumplan … O que lo que quedó en un rincón, apilado y en simetría, siga allí pasados cinco minutos.

Otras veces, no. Pau es listísima. Es dura en todo, en casi todo. Es capaz. Pero cuando se trata de ver a Iván, no sé que le pasa. Yo, no le aguantaba ni un minuto.



Supongo que es un mal general. No vemos lo que tenemos demasiado cerca.