domingo, 1 de noviembre de 2009

Cuatro

Cuando llego a casa de Lola me abre una versión post-viajeenmoto de mi amiga. El liso flequillo es una cresta horizontal y tiene los ojos hinchados. Prefiero no preguntar si el motivo son demasiadas horas de sueño (poco probable) o muchas horas de llanto. Sonrie y me dice, mirando la botella de vino blanco que porto cual trofeo, que sólo olerlo le haría vomitar. Queda claro: ni llanto ni sueño, … copas y peli en la recién instalada tele de su nueva casa.


El salón es un rastrillo de cajas y objetos de sus muchas vidas ya dejadas atrás. Lola ha cambiado de residencia tantas veces que mi forma de referirme a alguna época es: cuando Lola vivía en San Francisco, cuando Lola estaba con el francés en Niza, cuando Lola no volvió de Portugal … La última ha sido un año y ocho meses en Estambul. Y siempre vuelve con el corazón hecho pedazos y la autoestima en una caja que tarda meses en desembalar.

Sin embargo, su humor es genial esta mañana. Relata cínicamente como un día llegó a su casa y se encontró con Orhan (así se llama el capullo) esperándola, sentado en el sofá … en uno de esos escenarios domésticos que nos hacen ver el tsunami que se avecina, como si salieran burbujitas de la maleta con la que un día llegamos …

-Ha sido maravilloso -(Como que ha sido, yo creía que ES maravilloso) – y nunca olvidaré el tiempo que has pasado a mi lado –(Como lo vas a olvidar, si estaré AQUÍ cada mañana cuando despiertes?)- pero debes entender que llevamos meses distanciados –(MESES DISTANCIADOS? Si ayer mismo me dijiste que me adorabas, si la semana pasada sonreíste cuando tu madre preguntó si íbamos a tener un bebé y dijiste que cuando yo estuviera preparada, si hemos hecho el amor cada noche de estos JODIDOS MESES que según tú nos estabamos distanciando) …

Y se hizo la luz.

-Has conocido a otra.

Silencio.

No le costó mucho hilvanar la historia. Ni Orhan se tomó demasiadas molestias en ocultarla. Era como si fuera una persona diferente. Se acabó la farsa. Cayó el telón … y así soy cuando no hay focos. Estaba deseando perderme de vista, dijo Lola, pero lo hizo riendo.

Había conocido a una americana, se habían enamorado y se iban a casar (Más de un año y medio viviendo conmigo y en una semana era capaz de decidir cambiar todo eso que habiamos construido juntos para casarse con ella??? No entiendo nada). Irían a vivir a Estados Unidos, a una pequeña población de Tennessee (Sí entiendo todo) … y demás vaguedades …



Orhan le había propuesto a Lola venir a vivir a España desde el mismo momento en que se conocieron. Ella, en prueba a su amor, le dijo que sería mejor continuar allí para que él no tuviera que abandonar todo y renunció de nuevo a su cómoda vida en Madrid. Y ese había sido su error, doble error. Y el principio que marcó el fin.