miércoles, 26 de mayo de 2010

DIECIOCHO

Me siento en la cama para quitarme los taconazos pensando en lo bien que lo he pasado, …


Acabo en el suelo, envuelta en el edredón, en el resbaladizo edredón, … no he calculado bien … y empiezo a reír. Intento callar por no despertar a los niños, pero al verme en el espejo, con una mano sobre la boca y otra en el corazón, me da un ataque aún más fuerte …



Después de media hora intentando desembarazarme del abrazo asesino de la tela con plumas y con dolor en los abdominales, recupero la compostura, o casi, … un zapato sí, otro no. Parezco Marilyn con esos andares, o eso quiero pensar, cuando me dirijo al cuarto de baño a desmaquillarme.



La cama, antes enemiga, ahora me recoge y me quedo dormida pensando las anécdotas de la cena y las copas. En sus dientes perfectos, en su atención a mis palabras, en todo lo que me ha contado sobre su vida, esa vida despreocupada y llena de ilusión, sin temores ni pasado, sin … duermo …