viernes, 19 de marzo de 2010

ONCE

-Ma, qué haces en la galería??? Deberías estar en casa subiéndote en unos de esos zapatos tan chulos tan tienes.


-¿Me llamas diciendo que es urgente porque te gustan mis zapatos?

-No. Eres una borde. Te llamo porque necesito que me lleves un cd con las fotos de Diciembre de 2007, que no sé que hecho con ellas. Me han incluido en una web. Quieren fotos, muchas fotos, …

-Ven tú a por ellas, Frank, please, … Y así me diviertes un rato, hablas con la gente, … Ya sabes, les gusta conocer al artista!!!

-Pero, serás c_______ Si no te cuesta nada meterlas en el bolso y dármelo en el almuerzo.



(¿Qué almuerzo? Lo olvidé!!!)



El Portal. Local tan privado que, si no te llevan, no lo encuentras. Tan íntimo, que no tiene ni rótulo ni carta. Tan bien diseñado y decorado, que allí realmente puedes relajarte sin pensar: quien habrá hecho los cuartos de baño, quien habrá maquetado así la carta, … Tan acogedor, que tienes que reservar con tres semanas de antelación para conseguir una de sus cuatro mesas. Y allí no valen influencias. Todos somos influyentes. Y no me refiero a banqueros y bancarios, es un mundo diferente, con más color y, a veces, pienso que más caro y donde es más duro mantenerse arriba. Aunque donde es más difícil también acabar en la cárcel. Con un lienzo de un millón de euros empotrado en la cabeza sí, en la cárcel, no. Con un infarto, una hernia de disco y una intoxicación por inhalación de disolvente a los 25, también.